¿Es el voluntariado corporativo una moda?

El voluntariado corporativo está cada vez más implantado en España. El 62% de los trabajadores de entre 18 y 26 años prefiere acceder a las empresas que ofrecen programas de voluntariado y el 97% de los trabajadores de esta franja de edad cree que todas las compañías deberían promover este tipo de iniciativas, según el estudio “Volunteer Impact”, realizado por Deloitte.

El concepto de “voluntariado corporativo” aún suena a algo nuevo en España, incluso muchas veces se desconoce, sin embargo, no lo es el de “voluntariado”, sobre todo entre entidades del Tercer Sector. Con la aprobación de la Ley 6/1996, de 15 de enero, se define el concepto de voluntariado como el conjunto de actividades de interés general, desarrolladas por personas físicas, siempre que las mismas no se realicen en virtud de una relación laboral, funcionarial, mercantil o cualquier otra retribuida. También debe tener carácter altruista y solidario, su realización debe ser libre, sin contraprestación económica y desarrollarse a través de organizaciones privadas o públicas y con arreglo a programas o proyectos concretos. El “voluntariado corporativo” se contextualiza por tanto en este marco y además suele ser una actividad que pertenece a la línea de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de las empresas, por tanto, podríamos definirlo como la cesión de “capital humano” que una empresa hace a la comunidad.

¿Cuáles son las características del voluntariado corporativo?

• Las actividades que se realizan tienen un carácter voluntario y social.
• La empresa no puede obligar a sus empleados a realizar dicha actividad.
• El voluntariado corporativo no puede ser remunerado.
• No es voluntariado corporativo si se realiza de forma particular durante el tiempo libre del empleado.

¿Qué ventajas o beneficios supone?

Para la empresa que lo pone en marcha supone ligar su imagen al de una organización solidaria y cercana, mejorar su reputación de marca, acercar lazos con la comunidad y el Tercer Sector, mejorar la comunicación interna en la entidad, la motivación de los empleados y el clima laboral. Los trabajadores se sienten más implicados, se fomenta el trabajo en equipo, la cultura corporativa, el desarrollo de habilidades y la creatividad.

Para la comunidad beneficiaria supone un apoyo externo y un aprendizaje. Una forma de fortalecimiento, el logro de resultados positivos, de la mejora de situaciones, una manera de crear puentes entre distintos “mundos” y la participación en un proyecto a través de dar y recibir. Si el beneficiario es una ONG además de todo esto puede aprovechar para aumentar su base social convirtiendo a los voluntarios corporativos en socios, para ampliar contactos, herramientas y aprendizajes en las formas de gestión.

Entonces, ¿es el voluntariado corporativo una moda pasajera o significa una forma más de gestión y de cultura para algunas empresas? La realidad es que depende de todos (empresas, entidades no lucrativas, administraciones, usuarios, ciudadanos…) que el voluntariado corporativo no sea únicamente una moda y se convierta en una herramienta real para luchar por la justicia social, contra las desigualdades o los problemas medioambientales, entre otros. Una buena manera de fomentar el voluntariado tanto corporativo como el tradicional es a través de la puesta en marcha de planes de gestión del voluntariado tanto en empresas como en entidades no lucrativas.