5 etapas y claves del benchmarking como táctica para mejorar tu ONG
Antes de comenzar, quizás tengas una duda, ¿qué es el benchmarking? ¿Y cómo puedo emplearlo para avanzar en la estrategia de mi ONG y cumplir los objetivos necesarios? Sigue leyendo para descubrir las claves que necesitas para todo esto y más.
Quizás ya estés familiarizado/a con el término benchmarking, o te suene como una de las técnicas empleadas por las personas profesionales del marketing. Aquí te desmontamos sus claves de manera sencilla para que puedas anotar algunos trucos que marcarán la diferencia en tu comunicación y estrategia.
El benchmarking es una herramienta con la que tomamos como referencia a otras empresas u organizaciones líderes en el sector, es decir, sus servicios, modelos de trabajo y procesos, para hacer un estudio comparativo con los tuyos propios y así tomar nota de aquellas cosas que se pueden mejorar. Advertimos de que no se trata de hacer un calco de la estrategia de los demás, sino de adaptar aquellas pautas que podrían ser de utilidad y ejemplo para tu organización y añadirle mejoras. En el mundo laboral o en el tercer sector, al igual que en cualquier otro, hemos de mirar a nuestros compañeros/as de sector que destacan en su área y tomar como referencia aquellas buenas prácticas, metodologías y técnicas de las que podríamos valernos y mejorarlas de manera que se adapten al nivel que deseamos alcanzar.
¿Cómo implementar el benchmarking?
Para diseñar una estrategia de benchmarking que se ajuste a las necesidades de tu organización, solo has de seguir 5 sencillos pasos:
1. Planificación: Antes de lanzarte al proceso, la clave principal es planear la investigación que tendrás que hacer, es decir: plantearte qué quieres medir (el por qué de tu investigación, qué es lo que vas a buscar o qué área de tu organización quieres medir para mejorar); y a quién vas a medir (vas a comparar departamentos, empresas/ONG líderes en el sector, en un sector diferente con el que intersecciona tu organización, etc.).
2. Datos: Has de plantearte también el cómo lo vas a medir, ya que la recopilación de datos es un elemento esencial del proceso. Medita cómo y de qué fuentes quieres obtener tus datos (internamente, de asociaciones profesionales, investigaciones…).
3. Análisis: Cuando hayas recabado la información de tu investigación, analiza aquellos elementos que son la raíz de las diferencias entre tu organización y aquellas que has observado en tu estudio. Identifica estas diferencias y aquellos puntos que ves factible mejorar. ¿Qué cambios quieres llevar a cabo? ¿De qué recursos, infraestructura, personal, etc. dispongo para efectuarlos?
4. Acción: Una vez evaluado todo lo anterior, toca adaptarlo a nuestra organización de manera que no sea tan solo copiar, sino hacer una implementación que conlleve una mejoría en cada punto. Hemos analizado la información e identificado los aspectos que tomaremos como referencia de otras organizaciones para adaptar, pero dándoles un valor añadido o ventaja para nuestra ONG y aquellos que colaboran o se benefician de nuestros servicios.
5. Seguimiento y evaluación: Esto forma ya la parte final del benchmarking, una vez hayamos acabado el proceso. El objetivo de realizar un informe detallado del seguimiento de esta práctica es dejar espacio para mejorar en futuros proyectos, haciendo del benchmarking una práctica continuada en el tiempo con la que ir mejorando progresivamente nuestra organización.
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