¿De qué hablamos con Innovación Social? ¿Es siempre buena la Innovación Social? ¿Somos de verdad Innovadores Sociales?

Hace sólo unos años, pocos, empezamos a hablar de Innovación en el Tercer Sector. Numerosas entidades del Tercer Sector, identifican hoy la Innovación Social como uno de sus valores identitarios, al igual que en años anteriores lo fueron la Sostenibilidad, o mucho antes la Solidaridad.

Empieza a haber entidades que apoyan y fomentan la Innovación Social, o la Innovación en el Tercer Sector, la Innovación para un mundo mejor; un concepto, un valor, que ya sonaba desde hacía años en el mundo de la empresa y que se asociaba, con lo comercial; según el diccionario de la Real Academia Española, con la creación o modificación de un producto, y su introducción en un mercado.

Algunas entidades relacionan Innovación Social con Emprendimiento social, pero esto ya es harina de otro costal, o mejor ara otro debate.

Para mí la Innovación Social se relaciona con la creativi-dad, y la creativi-dad se relaciona con la generosi-dad, y desde luego se relaciona con la acción. No creo en la Innovación social intelectual o dialéctica: no creo en pesar de forma distinta o en hablar de forma diferente, estoy convencida de que la Innov-acción Social debe estar orientada a la acción, a los resultados, al cambio, por un mundo mejor.

No creo que la Innovación deba ser sí o sí; no creo en que se deba innovar por innovar, no creo en las modas, ni, por tanto en las palabras de moda, en los conceptos de moda… porque luego, pasan… y la Innovación Social no debe pasar, debe estar siempre, como pieza de fondo de armario, como un clásico, para que siga esa búsqueda continua, constante para un mundo mejor.