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Consulta formulada por:
¿Es necesario guardar las autorizaciones de gasto de los técnicos y militantes junto con las facturas que las justifican?
21.12.11
Estamos poniendo en marcha un procedimiento para nuestros técnicos y militantes de autorización de gasto.
¿Es necesario guardar estas autorizaciones junto con las facturas que las justifican?
Gracias por vuestra ayuda.
Respuestas
Aportada por:
Técnico en Promoción y Financiación de Proyectos @sociocultura www.culturasocial.org.es
Trabaja en:
Asesor particular
21.12.11
Si usamos los diferentes verbos: comunicación interna, transparencia y rigor, rendición de cuentas, poder justificar todo lo justificable y, últimamente, el verbo trazabilidad y sentido común en la gestión del gasto…, lo normasl sería crear algún protocolo documental y de visto bueno a la gestión y movilización de cualquier recurso, máxima cuando a los sindicatos de les reconoce como “agentes sociales” y se le presupone valor ejemplarizante. Te recomiendo que se genere un formulario físico y on-line un poco tabulado para las peticiones de gastos y un protocolo rápido pero riguroso de autorización de gasto. Igualmente, que el concepto o motivo del gasto esté vinculado a programas, actividades y estructura organizativa de la fundación-sindicato y, en el caso de gastos vinculados a desplazamientos, pantallazo de la guía repsol-campsa de los km de la ruta. Con este rigor (que no significa farragosidad) y honestidad, la gestión interna mejorará sensiblemente. Por otra parte, te recomiendo que generes unos debates internos con los empleados o afiliados sobre cómo se han de abordar estos gastos, sus proveedores y las mejorar de la relación calidad-precio de los servicios, aparte de otras responsabilidades organizativas como compensación de CO2, compra verde, transportes públicos,....etc. Depués de estos debates, estandarizar esos gastos y sus autorizaciones y formalizaciones-acreditaciones (atento a que muchos tiquets y pagos de tarjetas bancarias personales no sirven como justificante ante las AAPP) y, sobre todo, cada seis meses, revisar su efectividad y pedir nuevas mejoras, tanto a los empleados-afiliados como a los proveedores.