Inventos sociales
En este post de Ignasi Carreras, podéis ver la actualidad entorno a la innovación social y cómo ésta puede aplicarse a nuevos proyectos y así actuar sobre las necesidades reales de las personas.
Fuente: ESADE
Autor: Ignasi Carreras
Grandes dosis de ingenio y creatividad son actualmente imprescindibles si queremos dar respuesta a los diversos desafíos sociales y medioambientales de nuestra sociedad en estos tiempos de dificultades crecientes y recursos escasos. Esto va a exigir que todos aquellos actores que tienen como misión principal la generación de bien común (desde ONG y emprendimientos sociales hasta entidades públicas locales e internacionales) tengan mucha más capacidad de innovación y de aportar soluciones efectivas para la transformación social.
Dos dificultades que limitan el despliegue de la innovación social: que no siempre es conocida y apreciada por los inversores tradicionales, y que no puede disponer, actualmente, de suficientes recursos públicos. Por tanto, uno de los retos es introducir todo tipo de inventos sociales (productos, tecnologías, servicios, procesos, etcétera) con un buen equilibrio entre los costes que requieren su diseño y desarrollo y los beneficios sociales y económicos que comporta su utilización.
Es en los países en vías de desarrollo donde más se están aplicando este tipo de innovaciones de bajo coste y alto impacto social. Algunas de ellas están muy bien recogidas en una exposición sita en el CaixaForum de Barcelona. Son inventos que cambian vidas en África, Asia y América Latina, pero cuyos aprendizajes sobre su gestación pueden aprovecharse también para contextos de importante crecimiento de la pobreza y la desigualdad como el nuestro.
Una de las lecciones aprendidas es realizar la fase de diseño desde los usuarios, identificando claramente sus retos y expectativas, y aprovechando sus conocimientos para dar con la solución adecuada. Para ello se usan metodologías como el design thinking, orientadas a comprender lo que realmente necesitan las personas.
El saco térmico para bebés desarrollado por la ONG Embrace, que surgió de una iniciativa de un grupo de estudiantes de Stanford Design Institute, es un buen ejemplo. El reto era cómo ayudar a sobrevivir a los niños que nacen prematuramente, o con bajo peso, en países con sistemas precarios de salud. Cuatro millones de bebés prematuros mueren al año en el mundo. El objetivo era encontrar una solución adecuada cuando no es estrictamente necesario usar incubadoras, cuya disponibilidad en los países pobres es insuficiente, además de ser caras y necesitar electricidad.
A través del design thinking se identificó lo que era necesario para que un niño sobreviviera y se definió un tipo de producto que tenía que ser local, de muy bajo coste y fácil de utilizar y de esterilizar. Finalmente se desarrolló este saco térmico que vale un 1% del coste de una incubadora y que es totalmente efectivo para evitar la muerte por hipotermia de los neonatos. Un invento social que está dando mucha vida.
La imagen es de ESADE
Artículo publicado en La Vanguardia, el 25/01/2014
Trata sobre:
- Emprendimiento en el Tercer Sector