Constitución de fundaciones: costes y trabas
Estamos en un país donde cada vez más dar un paso de cara a la administración, implica pedir más y más autorizaciones, dedicar más tiempo y morir con la burocracia a la hora de la constitución de fundaciones. Y esto, tener que pedir permiso para todo, es garantía de falta de libertad.
El Estado, como por otro lado todo lo que se considera mundo occidental, establece ventajas fiscales para los que quieren hacer algo por los demás. Sin embargo, en España, actualmente solo se ponen obstáculos para cumplir lo que nuestra misma Constitución establece, el derecho a “fundar”…
En tiempo, constituir una sociedad cuesta 72 horas, sólo 2 horas para una asociación,… 8 meses para una fundación. Solo el nombre, la denominación, si para una asociación basta consultar online el fichero del Ministerio del Interior, en el caso de una fundación de ámbito nacional está tardando ahora un mínimo de 3 meses en el registro único de fundaciones del Ministerio de Justicia. De hecho desde diciembre, ¡no se ha constituido ni una sola fundación de ámbito nacional!.
Para que nos hagamos una idea: constituir una asociación cuesta cero euros: buscar un nombre bonito en el registro online del Ministerio de Interior, unas horas de tiempo y ya está con personalidad jurídica para poder funcionar… aunque tardarán unos meses en darte el número del registro. Pero ya puedes hacer algo por los demás. De cara a Hacienda, serás uno más, sin ventajas fiscales aunque quieras actuar de modo altruista, o quieras ayudar a los que el Estado no llega o no les preocupa.
Constituir una Sociedad mercantil puede costarte muy poco, menos de 300 euros, tenerla en tus manos online en 72 horas y a funcionar, con impuestos desde el principio y comprometiéndote a un sinfín de papeles y obligaciones fiscales. Pero, cierto que puedes empezar en días a trabajar.
Constituir una fundación, para intentar realizar alguno de los fines generales que marca la ley… Cuesta mucho dinero, mucho tiempo y aguantar la discrecionalidad de un Protectorado que puede variar de criterio cada cierto tiempo y volverte loco. Ayudar a los demás, está ya comprobado, están reservándolo para las empresas y quienes tienen medios suficientes para ello.
¿Cuánto cuesta la constitución de fundaciones?
Si hablamos del Protectorado y del Registro único de fundaciones, del tiempo actualmente ni se sabe. Si hablamos de dinero, cuesta un mínimo de 30.000 euros con los que dotar la fundación (hasta hace unos meses solían dejar, como marca la ley, empezar con el 25% y el resto en cinco años: ahora todo son trabas), y el protectorado aplaca su conciencia normativa con que se pongan treinta mil euros, suficiente, dicen y más “adecuados” que otro tipo de bienes o derechos.
Si en lugar de dinero (que ha de mantenerse en un fondo sin poderse gastar y que no genera ingresos) se pretende lo que permite la ley, bienes o derechos, los criterios cambian como el tiempo y lo que hace tres meses era válido ahora te dicen que sí, que es suficiente, pero que él o ella (no la ley) no lo consideran apto o “adecuado”. El Protectorado ahora no aconseja, pone pegas.
A lo largo de nuestra carrera facilitando la constitución de una fundación, nos hemos encontrado con personas que buscaban, luchando contra el tiempo, ayudar a la enfermedad rara de sus hijos y de otros como ellos, y poder agradecer mediante desgravaciones fiscales a los donantes (desgravaciones miserables por cierto, de alrededor de un 25%) o a las empresas que les ayudan a investigar.
Investigación que no hace el propio Estado como sería su obligación, pues no le compensa. Y a estos luchadores, les ponen todo tipo de trabas. ¿Alguien nos puede decir si necesitan treinta mil euros para empezar? La ley, por cierto, no.
Todo son pegas y problemas. Algunos afanados funcionarios del Protectorado no se dan cuenta de que en este siglo basta con una simple web para empezar, un patrimonio más que duradero, apto, rentable y suficiente para hacer mucho más que una fundación con cien mil en un fondo que no llega a dar intereses ni para anunciarse en Internet.
Nuestro protectorado parece haberse transformado en la dirección general de tributos, como si les molestara que hubiera ventajas fiscales para los que persigan fines de interés general, que por otro lado no son solo beneficencia, altruismo y caridad… Son la educación, la salud, el cuidado de los mayores, de la infancia, del medio ambiente, del arte…
Ramón Pérez Lucena es abogado.
La imagen es de Palomaleca en Flickr
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