La cooperación al desarrollo en España

Si hay algo que caracteriza a la cooperación española, es la multiplicidad de actores a través de la cual se lleva a cabo. A continuación se hace una breve referencia a los distintos tipos de cooperación existentes.

a) Cooperación gubernamental

Hoy en día la administración de la ayuda está dividida en diferentes ministerios pero recae en el Ministerio de Asuntos Exteriores, y dentro del mismo en la Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica (SECIPI) la dirección, programación, control y evaluación de las actividades que en materia de cooperación internacional, cultural, económica, científica y técnica desarrollen los órganos de este Departamento, así como la coordinación de las actividades que en esta área tengan atribuidos otros órganos de la Administración.

Dentro de la SECIPI la Agencia Española para la Cooperación Internacional (AECI) se creó en noviembre de 1988, como órgano ejecutor de la política española de cooperación para el desarrollo. Está adscrita al Ministerio de Asuntos Exteriores a través de la Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica (SECIPI). Es el Organismo técnico responsable del diseño, la ejecución y la gestión de los proyectos y programas de cooperación, ya sea directamente, con sus propios recursos, o bien mediante la colaboración (convenios, acuerdos) con otras entidades nacionales e internacionales y organizaciones no gubernamentales.

El Real Decreto 3424/2000, de 15 de diciembre, por el que se aprueba el Estatuto de la Agencia Española de Cooperación Internacional, establece los órganos de gobierno siguientes:

• Presidencia.
• Secretaría General.
• Comité de Dirección.

Existe, además, una Comisión Ejecutiva integrada por el Secretario General, los Directores Generales de Cooperación Iberoamericana, Cooperación con Africa, Asia y Europa Oriental y de Relaciones Culturales y Científicas, el Jefe del Gabinete Técnico y el Vicesecretario General.

Su estructura orgánica básica está formada por la Presidencia, la Secretaría General, las Direcciones generales de Cooperación con Iberoamérica, de Cooperación con Africa, Asia y Europa Oriental y de Relaciones Culturales y Científicas, las Subdirecciones generales de éstos y por el Gabinete Técnico, la Vicesecretaría General, la Subdirección General de Cooperación Multilateral y Horizontal y la Oficina de Planificación y Evaluación dependientes del Secretario General.

La estructura exterior está compuesta en la actualidad por 29 Oficinas Técnicas de Cooperación (OTC), 12 Centros Culturales y 3 Centros de Formación en los países con los que la AECI lleva a cabo sus principales proyectos de cooperación en Iberoamérica, Países Mediterráneos y de Oriente Medio; Africa, Asia y Europa Oriental.

b) Cooperación descentralizada

Como tal se entiende las acciones de cooperación al desarrollo que realizan o promueven las distintas administraciones de ámbito no estatal, como son los Ayuntamientos, Comunidades Autónomas o Diputaciones, tanto de forma directa como a través de ONGD, sindicatos, entidades ciudadanas, universidades u otro tipo organizaciones de la sociedad civil.

Los primeros antecedentes de este tipo de cooperación son los hermanamientos entre municipios que hasta la década de los ochenta tenían un carácter eminentemente protocolario o cultural.

En la década de los noventa y en un contexto de una mayor descentralización y crecimiento de las actividades de cooperación al desarrollo, un buen número de Ayuntamientos realizan acciones de este tipo ya sea por medio de hermanamientos o a través de ONGD.

A partir de la segunda parte de esa década, y una vez consolidado el proceso de transferencias, las Comunidades Autónomas (CCAA) se van involucrando en la puesta en marcha de programas y proyectos que ejecutan de forma directa o en colaboración con organizaciones no gubernamentales.

Este tipo de cooperación va mucho más allá de la creciente aportación de recursos financieros en la medida en que a través de ella se han puesto en marcha proyectos de cooperación pública de perfil institucional dirigidos a entidades locales de los países beneficiarios, y ha jugado un importante papel en la sensibilización de las poblaciones locales y autonómicas destacando como uno de los donantes que más acciones ha cofinanciado en este campo.

c) Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo (ONGD)

Por tal se entienden las organizaciones de carácter social, independientes y autónomas, que actúan sin ánimo de lucro teniendo como principal ámbito de actividad la cooperación al desarrollo buscando canalizar recursos económicos públicos y privados para llevar a cabo proyectos en países en vías de desarrollo. Adicionalmente a este tipo de acciones desarrollan actividades de sensibilización y educación para el desarrollo y actividades de presión política ante gobiernos y organismos. Su forma jurídica puede ser de asociación o de fundación.

Una ONGD es, por tanto, una institución privada sin fines de lucro, con una estructura y política de dirección autónoma, independiente del Gobierno y de las instituciones estatales, así como, de las agencias de cooperación y de los propios beneficiarios que además, realiza un trabajo de promoción al desarrollo.

Diseña, formula y ejecuta proyectos o programas de desarrollo social en beneficio de la población de escasos recursos en zonas prioritarias de atención; proyectos en los que juegan un rol primordial los beneficiarios desde la formulación hasta la conclusión del proyecto, garantizando de esa manera la sostenibilidad de las acciones de desarrollo emprendidas.

Tradicionalmente, se ha clasificado a las ONGD según las motivaciones que aglutinan a los miembros de las Organizaciones. De esta manera, se distingue entre ONGD religiosas (creadas por iglesias e instituciones religiosas), político-sindicales (vinculadas a los partidos políticos y sindicatos), solidarias (que provienen de los movimientos y comités de solidaridad de los setenta, en los ochenta se transformaron en organizaciones de cooperación al desarrollo), internacionales (que están vinculadas a instituciones internacionales) y universitarias (que son las nacidas en el seno de la Universidad).

Los recursos de las ONGD provienen de contribuciones privadas y de fuentes públicas siendo su importancia creciente en el ámbito de la cooperación al desarrollo.